He intentado dejar claro que tengo voz y he gritado.
Arena
Son impenetrables otros cuerpos en mis recuerdos,
su imagen bañada de arena es inquebrantable,
su ella en mi es improfanable: para todo puñal
hay suficiente ella como para volver a llenarse.
La quiero a ella para ella, sin otra voz ni otras
manos que la sostengan: no quiero que nadie
le saque el musgo de las caderas, no quiero
que nadie limpie un solo grano de su arena.
Quiero su soledad integra, su noche sin más
luz que un puñado de estrellas, su día sin más
cielo que un sol, quiero una soledad de ella
sin más que ella, para así compartir sólo arena.
Sino de una voz
¿Y mi voz, en dónde parará
mi voz?
¿Dónde irá a quedarse lúcida
y aún mía?
¿Por dónde irá a pasar con
otro timbre?
¿Dejará nombre en alguna
situación?
¿Arrastrará alguna semilla
sobre algún ojo?
Tal vez abra algún ojo de
algún alma,
tal vez le dé un nombre a
algún escalofrío
o a algún golpe. Tal vez
ame a un dolor,
tal vez odie a alguna
bendición, tal vez
discuta con alguna otra
voz.
¿En dónde irá a parar mi
voz?
Tal vez la adopte alguna
sangre
o pese en alguna lágrima.
¿En dónde irá a parar mi
voz?
Tal vez se coloque en la
sonrisa
de alguna amada, o en su
recuerdo.
Tal vez se clave en otra
voz y cante
por si misma
constantemente.
¿En dónde irá a parar mi
voz?
Podrá parar en el olvido,
tal vez se pierda:
tal vez pare en la
perdición,
su conducto sea movido por
malos dientes,
o se enrede en alguna luz,
estante o biblioteca.
Tal vez tenga miedo, tal
vez valor,
tal vez se canse y quede
muda…
Aquí, solo pido a los
espejos que le huyan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario