Estas semanas han sido para mi de una gran actividad poética. No solo he leído en exceso, sino que también he escrito en exceso. Me dispongo a dejar 2 de mis últimos poemas, ojala lo disfruten:
Arcángel
Arcángel, pero con alas de clamores,
turbias y agitadas alas de clamores
eternos de aquellos que no eluden
cuajarse de albor al observarle.
Arcángel, él menos del silencio
disfruta: pues por clamor elevado
vive con gritos clavados ahí:
por la espalda, los ojos y los labios.
Arcángel, y como tal su subsuelo
es mi tierra, más aún compartimos
como cielo al negro con sus estrellas.
Arcángel, del cielo ha sido expulsado,
nada tiene que envidiarle a otros vuelos
tanto clamor jamás podrá desaparecer.
Que...
Sagrada la distancia y tan absurdo
este espacio: que yo me rio de Dios,
amor, que tan cercana te siento
que aun separados por vida mi muerte
es esta distancia. Que los asfaltos
claman mi postrero subsuelo ya frío:
ingenuos, no saben que mi verdadero
hoyo y subsuelo es mi olvido, y que su
marcha ahora son mis latidos.
Que ahora desde mis eternos balcones
siempre se puede observar un ocaso.
Que no comprendes ni sientes el ritmo
fúnebre de mi vida sin tus palabras.
Que tus clavos se te han desprendido
y se me han caído en todo el alma.
(Tu trabajo no ha terminado)
¡Que ahora veo salvaciones con jugo
de venas por todos los sitios!
Que me has dejado aquí, con el sol humillado.
Y que con tu tez blanca te has arrebatado
toda pureza posible de apocatastasis y de la Nada.
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