lunes, 21 de marzo de 2016

Cuenta

Cuéntame, amigo...
si un día, después de aplacadas vueltas por los pasillos oníricos
te levantas y tu lengua no funciona.
Cuéntame, dime, amigo mío...
si un día te levantas y no tienes que decir nada,
si un día te despiertas y no tienes para decir nada,
si al abrir tus ojos tus gritos se han quedado vacíos
y tus ojos tienen la profundidad de tus cuencas.

¿Qué harás?
¿qué mundo te quedará por vivir sin una palabra que dar?

Tu No palabra habrá succionado tu pensamiento,
y tu voz quedará en la Nada de los nichos
más hambrientos.

Cuenta, cuenta, amigo mío...
y no tengas miedo, que tienes el tintero lleno.
Cuenta qué harás si un día despiertas y se te han terminado las palabras,
si se te han muerto antes que el cerebro.
Dime, dímelo.
Que no huele la palabra muerta:
pero sí que se escucha rancia.

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